Sunday, September 23, 2007

Te Vi.

Iba en el metro camino al trabajo. Un trabajo rutinario que empiezo a odiar. Y en la radio comenzo a sonar Te vi de Fito Paez, una canción que siempre consideré tonta e ilusioria, hasta exagerada.
Todo eso, hasta que descubrí, de la manera mas dulce, que podía suceder al pie de la letra toda esa situación.
Hace un año y medio estaba tratando de olvidar a una nutricionista de la que me enamoré.

Creo que en octubre o tal vez un poco antes conocí por Internet a una mujer que era encantadora y que me gustaba mucho, aún sin conocerla. Veía sus fotos y tenía ganas de hablarle, así que decidí agregarla a mi msn para conversar con ella.
Descubrí que tocaba guitarra, tenía buen gusto musical, era entretenida, se reía de mis chistes y además era rubia. Una extraño mal que padezco desde niño. He tratado de curarme, pero no he podido, y vuelvo a recaer en el dorado.
Ella tenía un guitarra negra que era más atractiva que la mía. Pero su guitarra no era tan atractiva como su dueña.
Empecé a pensar en esta chica todo el tiempo y finalmente logré olvidarme de la nutricionista.
Se compuso mi vida y estaba contento. Estaba tranquilo, pero a mi no me gusta la tranquilidad.
Empecé a coquetear con ella por chat. Cosa que mucha gente hace. Pero sentí que era un esfuerzo inútil porque no la conocía en persona.
Comenzamos a postearnos en esas páginas de fotografías que hay en la web.
Ella vivía en una ciudad sureña cercana a Concepción, la ciudad de mis padres. Ciudad que nunca me gustó del todo. Ahí trabajaba en una radio, bueno trabajé en varias.
Por un tiempo acompañaba a un tipo que hacía radio por hobbie en un extraño programa en las tardes. Salí de los estudios de la radio pensando en la humedad de la pieza en donde dormía en casa de mi padre. Pensaba en el humo de la estufa a leña. Y pensaba en la niña que conocía por msn.
Caminaba rapídisimo desde la radio al paradero de buses.
Iba pensando en como terminar con una novia que me tenía arto, dejar de rezar y dejar de mentir. Pensaba en cómo llegar rápido a mi casa y la vi. Fue sólo un segundo. La reconocí en la oscuridad del atardecer de esa sureña ciudad. Mi mente repasó todas esas fotografías de Internet y no la pude dejar pasar. La llamé por su nombre y ella volteo. La miré a los ojos y fue mágico, me flechó.
Me desarmé ante ella y mis nervios no me dejaban pensar. No supe que decirle no estaba preparado para encontrármela de golpe. Simplemente la vi, sin buscarla, sin pedirle que nos viéramos y decirle que llevaría una rosa roja en la mano, ni ninguna de esas cosas que las personas acuerdan para conocerse.
Me perdí en sus ojos, me atraganté con saliva e incluso llegué a pensar que el amor a primera vista si existía. Era más baja de lo que pensé. Se veía tímida y frágil. Sensible y comprensiva y su voz era un golpeteo de sonidos que avanzaban a tropiezos entre su garganta luchando por salir de su boca.
Sostuvimos un pequeño diálogo, muy extraño por lo que recuerdo y luego de sopetón le dijo, bueno nos vemos.
Aunque todo me decía que debía invitarla a tomar un café o un jugo o un helado o lo que fuera para hablar de ese mágico y repentino encuentro en Avenida O'higgins, pero me fui. Me fui con mi corazón hinchado no sé porqué. Y descubrí que mi novia nunca me gustó realmente y tenía que decírselo de alguna forma.
Miré hacia atrás, incluso pensé en volver por ella y besarla. Así, de la nada sin pensar, saltándome todas esas barreras que la gente se pone para evitar equivocarse y luego sufrir. Pero cuando volví a mirarla se había esfumado entre la niebla y el humo de la calle.

No sé si eras un ángel o un rubí, yo simplemente te vi.

1 comment:

Anonymous said...

Mira lo rapido que gira la vida, ahora soy yo la que ando meticheando tus blogs jaja... este en lo personal me pareció bastante interesante y original y creí que valía la pena comentartelo pues esta también es una canción que me gusta mucho, saludos... bye